El Ángel de luz que hay en ti «AL PIE DE LA CABECERA» –
Al pie de la cabecera una mujer rezaba. Llevaba en sus manos un pequeño rosario
de cuentas negras baratas, que sus manos presurosas a cada instante apretaba, pidiendo por un muchacho que con la muerte luchaba. No sabía ni quien era, pero su alma penaba, y al pie de la cabecera, ella a su Dios rezaba. Pasaron muchos días quizás ya nadie contara, le dieron por algo estable, pero ella no abandonaba, y a su Dios con insistencia con cuanta pena rezaba.
Un día casi dormida porque apenas descansaba, soñó que el joven muchacho, con ternura le miraba, era un sueño se dijo y en silencio sin decir nada. Siguió rezando a su Dios con el alma acongojada, fueron pasando los días, noches y madrugadas y una mañana en al alba sintió que alguien le hablaba, era la voz del joven que apenas no se escuchaba, y con mirada confusa ¿quién era? le preguntaba. Ella apenas sabia explicar por qué rezaba, y tomando la mano del joven su rosario le entregaba, soy quien vine a traerte el presente que te sanara, esta pequeña cosa te ayudo a que regresaras y salió con paso firme con la sonrisa en su cara, buscando que un médico le visitara en la sala, entraron los equipos médicos, crédito aquello no daban el joven estaba despierto, la mujer desde lejos contemplaba, cuando un médico le pregunto al joven de cómo se encontraba. El joven le respondió. Un Ángel me acompañaba y a la mano del mismo Dios, sentí como me llevaba y Dios me tomo en sus manos y mis males los sanaba.
Un Ángel le dijo el médico y el joven lo reafirmaba, miro fijo y muy perplejo, pues nada justificaba que aquel joven ya desierto, y de nuevo bien se encontraba, empezó a decir su nombre en que ciudad residía, quienes eran su familia y todo claro tenía.
La mujer miro a la puerta su misión había terminado y cuando salía por ella el joven le dijo llamando, no se marche señora, quédese que mi familia, conozca el Ángel que estuvo junto a mi cabecera pidiéndole a su Dios para que yo no me fuera.
Ella dijo sin pensarlo muchacho yo no soy un Ángel, solo soy una mujer y el joven mirando la médico le dijo, miren pero mírenla ustedes bien y verán que en cada cuarto cuando ella entra a rezar, lleva con sus oraciones al mismo Dios a sanar, es un Ángel en la tierra vestida de humanidad, señora déjeme darle un abrazo por tanto amor brindar..
La mujer se acercó a la cama y el muchacho le abrazo y una luz en la ventana como una estrella brillo, era la luz del padre que le vino a confirmar, que en el mundo hay muchos ángeles vestidos de humanidad.. Ayudando a los ajenos sin pago nunca esperar…
El joven volvió a su mundo con su familia, a su hogar y desde aquellos tiempos siempre a su Dios va a rezar, y rezas por esos Ángeles porque no falten jamás, al pie de la cabecera de los que necesitan paz, mientras luchan con la muerte sin saber ni como , ni cuando regresar. A este mundo quebrado por el hombre sin piedad…
Pd; Hay tantos Ángeles en el mundo, como estrellas en el cielo, ellos nos traen la luz a la vida nunca dejes que buscar el Ángel que trae la luz que hay en ti –
Francis Falcón..